lunes, 17 de septiembre de 2018

¿Qué significa vivir en guerra?

El contexto (el conjunto de circunstancias que rodean a una situación) en el que nace este árticulo es Colombia. Pero va más allá de sus fronteras.
Les invito a leerlo



¿Qué significa vivir en guerra?

¿Está Colombia en guerra?, ¿Qué significa estar en paz?, ¿Estamos los ciudadanos de bien exentos de ella?
Por: Roberto Echeverri Uribe    | Enero 19, 2017

Todo, además de lo que ocurre con los grupos alzados en armas en nuestro país, es también considerado un acto de guerra o paz en la sociedad, sus estamentos de gobierno o la población en general. La sociedad como un todo se ve afectada por la conducta individual. Una mala concepción de libertad nos hace creer que poseemos licencia para hacer lo que nos parezca siempre pensando en el propio beneficio y obtener la mayor ventaja sobre los demás. La ignorancia y sus demonios, el individualismo y la insolidaridad, juegan un papel definitivo para la destrucción del tejido social que no es otra cosa que el resultado de las relaciones humanas dentro del reconocimiento y el ejercicio de los derechos, que permite crear vínculos fuertes entre los seres humanos, al interior de las familias, entre las familias, y la formación e interacción de asociaciones o gremios para el mejor desarrollo de las personas y el crecimiento orgánico y sostenible de la sociedad. Cuando esta delicada red se rompe, los valores de la sociedad se pierden y se convierten los intereses particulares en dominador del accionar humano. ¿Es la pérdida de valores la que rompe el tejido social, o es la ruptura del tejido social la que ocasiona la pérdida de valores? Es un fenómeno paralelo.

Se libra la peor de las guerras: la del país contra sus propios connacionales y este fenómeno es similar a una enfermedad donde del sistema inmunitario del ser humano se convierta en el agresor que ataca y destruye sus órganos y tejidos en vez de protegerlos. Y no nos damos cuenta de ello, o lo negamos, aun a sabiendas de la existencia de ese conflicto atroz que nos destruye a todos.

De alguna manera somos directos responsables de ella. Sí: si usted no paga impuestos hace la guerra; si hace lobby para ser favorecido en un contrato o para ser nombrado en un cargo público también hace la guerra; si soborna funcionarios públicos o privados para que le den información privilegiada, se cuela en cualquier fila, hace la tercera fila para girar, o se pasa un semáforo en rojo, está contribuyendo a hacer la guerra; si arroja basura a las calles o si no hace nada para evitarlo también hace la guerra, porque no hacer algo para construir paz, es también hacer la guerra.

Si calla un delito, si no delata, o si tapa una conducta ilegal; promueve el tradicional chanchullo, paga salarios bajos, evade los pagos de seguridad social de sus empleados o les cambia las condiciones salariales para verse favorecido, usted está contribuyendo a que la guerra que se libra en el país se propague; y si elige a un político corrupto sea o no su amigo, también colabora con ella. ¿Lo apoya económicamente? usted es un mecenas de la guerra. ¿Necesita un policía para hacer las cosas correctamente, toma atajos que lo favorezcan, o denuncia a los demás por envidia de que el otro haya aprovechado un lindo papayazo que usted no vio o no le dieron; hace fiestas ruidosas, irrespeta a los vecinos o genera problemas con los demás ciudadanos?, siéntase tan culpable como los guerrilleros de este país. Usted no hace paz, usted hace la guerra.

Hay países en paz que hacen la guerra, y países en guerra que sin creer que lo están también la hacen pero con enemigos y propósitos distintos. La guerra no es eliminar al enemigo por una posesión territorial o por lograr una ventaja cualquiera que ella sea; la guerra nuestra es de todos contra todos, y se libra todos los días. Guerrilleros, políticos de toda laya, y ciudadanos de la más diversa condición nos sumimos en este marasmo de violencia entre dominadores y dominados; manipuladores y manipulados, víctimas y victimarios. Somos frágiles marionetas de quienes nos aplastan e intimidan para hacer valer su voluntad, su ventaja, su propósito.

Los enemigos que alimentan la guerra en Colombia son inventados con el propósito de hacernos creer que tomado partido y eliminando (léase engañando, violentando, abusando o estafando) al otro -sin importar raza, sexo, género o condición- llegaremos a la tan “anhelada” paz; que por fin todo será diferente y jubilosos seremos testigos de una vida distinta. Cumplir con la voluntad del todopoderoso violento y manipulador será como tocar el cielo en la tierra; expiar los pecados y limpiar nuestra penitente alma en vida. Por ello la palabra paz es tan emocional y se convierte en presa fácil de marrullas políticas. Por desgracia la guerra no termina, y cuando lo hace, las cosas siguen igual, creando la sensación aterradora de frustración y desesperanza.

Comencemos por construir una paz estable y duradera eligiendo adecuadamente a nuestros políticos y dirigentes y comportándonos como ciudadanos conscientes de nuestro papel en la sociedad comprendiendo que somos parte de un todo, y que la libertad trae consigo una enorme carga de responsabilidad porque nos obliga a pensar en el otro, que la convivencia es también conveniencia lo cual nos impide hacer cualquier cosa con cualquier persona, y que la libertad mía termina donde comienza la del otro. Cuando logremos comprender estos básicos principios de convivencia, lograremos vivir en paz.

Qué enigmática contradicción la de esta malhadada guerra. Tan necesaria para mantener el orden entre los pueblos y a la vez tan destructiva. Es como todo en este juego azaroso de la vida: los malos no son ellos (los objetos), los malos somos nosotros al no saber cómo hacer buen uso de ellos.


miércoles, 28 de marzo de 2018

CAUSALES DE DIVORCIO

No es una novedad reciente, pero vale la pena recordar esos cambios que se han dado dentro del Derecho Civil. En su momento, la interpretación que se daba a la norma era que dichas causales eran TAXATIVAS

Esta información tiene como fuente el portal del escritorio jurídico BADELL & GRAU (http://www.badellgrau.com/?pag=36&ct=1869)

Sala Constitucional del TSJ estableció que las causales de divorcio previstas en el artículo 185 del Código Civil Venezolano son enunciativas y no taxativas

Mediante Sentencia Nro. 693 del 2 de junio de 2015, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia de la Magistrada Carmen Zuleta de Merchán, efectuó interpretación constitucional, con carácter vinculante, del artículo 185 del Código Civil Venezolano y determinó que las causales de divorcio allí previstas son enunciativas y no taxativas.

Al respecto, la Sala estableció que “…cualquiera de los cónyuges podrá demandar el divorcio por las causales previstas en dicho artículo o por cualquier otra situación que estime impida la continuación de la vida en común, en los términos señalados en la sentencia Nro. 446/2014, ampliamente citada en este fallo; incluyéndose el mutuo consentimiento”.

A criterio de la Sala, la previsión del artículo 185 del Código Civil, que prevé una limitación al número de las causales para demandar el divorcio, es contraria al ejercicio de los derechos contenidos en la Constitución, ya que resulta insostenible el mantenimiento de un numerus clausus de las causales válidas para accionar el divorcio frente a la garantía de los derechos fundamentales del ciudadano al libre desenvolvimiento de la personalidad y a la tutela judicial efectiva.

Dicho lo anterior, la Sala estableció que:
“(…) los cónyuges cuyos hijos sean menores de edad que de mutuo acuerdo deseen divorciarse, acudirán ante el Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes en función de sustanciación y mediación del lugar donde hayan establecido su último domicilio conyugal y, previo acuerdo igualmente, expreso e inequívoco, de las instituciones familiares que les son inherentes, para solicitar y obtener, en jurisdicción voluntaria, una sentencia de divorcio”.
“En consecuencia (…) se deberán tramitar las solicitudes de divorcio de mutuo consentimiento que presenten ambos cónyuges, sin más exigencias que el acta de matrimonio y de nacimiento de los niños, niñas y adolescentes de que se trate, así como el acuerdo previo de los cónyuges acerca de las instituciones familiares, esto es, lo relativo a la responsabilidad de crianza del o los menores de edad que hubiesen procreado, la responsabilidad de crianza y custodia, obligación de manutención y régimen de convivencia familiar, a efectos de que sean evaluados por el Juez de niños, niñas y adolescentes y determinar si son convenientes para los niños niñas y adolescentes de que se trate y conferir homologación, en caso de que no lo sea, el Juez o Jueza ordenará su corrección  (…)”.
Finalmente, la Sala exhortó al Poder Legislativo nacional a que emprenda una revisión de la regulación vigente en materia de divorcio a los fines de sistematizar los criterios jurisprudenciales dictados por la dicha Sala Constitucional.

Ver texto íntegro de la sentencia:

miércoles, 21 de febrero de 2018

SABIAS PALABRAS

Escrito en un cimiento de mármol el año 1710, y cuyo original se encuentra en el Vaticano
NO
TODO LO QUE
PORQUE EL QUE
TODO LO QUE
MUCHAS VECES
LO QUE NO
DIGAS
SABES
DICE
SABE
DICE
CONVIENE
HAGAS
PUEDES
HACE
PUEDE
HACE
DEBE
CREAS
OYES
CREE
OYE
CREE
PUEDE SER
JUZGUES
VES
JUZGA
VE
JUZGA
ES
GASTES
TIENES
GASTA
TIENE
GASTA
TIENE